Han sido dos semanas duras, muy duras, donde se han dicho muchas cosas, se han lanzado graves acusaciones y se han bordeado los límites de la lealtad institucional. He procurado mantener la calma, no contribuir a avivar un fuego que ardía sin combustible real. Quiero pensar que ya ha pasado. Que cerramos página y somos capaces de volver a centrar el debate en lo realmente importante: las necesidades de los Ayuntamientos. Ése ha sido el intento este fin de semana.
Estamos en un momento decisivo: puliendo números y haciendo malabares con las distintas partidas para cuadrar los primeros borradores de los presupuestos para el próximo año. Todo, en un escenario donde empiezan a soplar brisas preelectorales... Por eso, debemos trabajar con especial cuidado para garantizar una estabilidad presupuestaria en las arcas municipales vascas. Porque ése se es uno de los principales cometidos de EUDEL. Y de cada miembro de su Comisión Ejecutiva.
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